Al principio del embarazo tenía una idea bastante clara de cómo quería el dormitorio del bebé, sin embargo, unas cortinas se cruzaron en mi camino y toda la decoración se construyó en torno a ellas...
Apenas teníamos presupuesto y mi tía había quitado estas cortinas de su salón y como eran muy buenas y estaban como nuevas, decidimos aprovecharlas.
Pintamos las paredes de un tono similar y añadimos la cenefa de caballitos de tiovivo en blanco.
Compramos una cuna, una cómoda y el velo antimosquitos en Ikea. Más tarde encontramos una mecedora baratita en tonos azules.
Todos los adornos y cuadros son regalos de familiares o amigos.
Al principio, sobre la cómoda teníamos un cambiador, pero cuando el pequeño ya no me dejaba tumbarle para el cambio de pañal, lo sustituí por unos adornos y fotos.
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